La carrera armamentista infunde temor en la sociedad

¿Volvemos a la guerra fría? Absorto en la campana de cristal en la que nos encerramos cada vez más personas, no me estoy enterando de los problemas reales de la sociedad que me rodea. Resulta que este final del verano estamos asistiendo al apogeo del reino de las plantas que amenazan nuestra existencia. [“Los vecinos exigen la retirada de las plantas de estramonio en Teis. La reciente muerte de dos jóvenes en una fiesta en Getafe por el consumo de la planta tóxica ha causado inquietud”]Colectivos vecinales muestran su inquietud y exigen eliminar unas plantas alegando que “pueden matar” a la juventud. Vaya. Inquietud similar me producen a mí este tipo de reacciones humanas. Sorprende que nadie pida la retirada de todas las piedras del campo. Seguro que alguien ha utilizado tales objetos para matar a pedradas a otra persona alguna vez. Ya puestos, que tapien ventanas y balcones, no vaya a ser que a alguien se le ocurre hacer de Superman!

Y ante la alarma social que causa este ataque de las plantas a una parte de nuestra sociedad, los periodistas recurren a los que, supuestamente, sabemos de plantas. Desgraciadamente, desde la biología, yo no he podido hacer otra cosa más que confirmar la noticia: “Si. Nos encontramos ante un proceso de carrera armamentista”-digo yo. ¿Cómo? –pregunta la periodista. “Pues si, estamos empezando a sufrir las consecuencias de la carrera armamentista que se
ha producido entre algunas plantas y sus herbívoros
” –insisto a la periodista.

Me explicaré: Una carrera armamentista tiene lugar cuando muchos Estados rivalizan entre ellos para desarrollar las fuerzas armadas más poderosas y las armas más eficaces. Cuando un Estado consigue un arma nueva, el Estado rival busca una nueva, más potente, para contrarrestar a su contrincante. Y así se convierte en una carrera sin fin.

Sin embargo, en la biología utilizamos el término para referirnos a aquellas situaciones en las que dos o más grupos de especies toman sucesivamente medidas y contra-medidas, uno respondiendo al otro. Un ejemplo de este sentido del término es la respuesta de un insecto a las defensas químicas de una planta. El insecto desarrolla la capacidad de eliminar las toxinas y, a su vez, la planta produce nuevas toxinas como respuesta a la adquisición evolutiva del insecto, de manera que el objetivo de cada especie es rebasar sucesivamente al adversario. Este fenómeno adaptativo es conocido como Hipótesis de la Reina Roja en alusión a la novela de Alicia al otro lado del espejo de Lewis Carrol.

Esta hipótesis evolutiva, describe la necesaria mejora continua de las especies, sólo para mantener elstatu quo (estado del momento actual) con su entorno.

Y, ¿que tiene que ver esto con el estramonio, se preguntarán ustedes? Pues el estramonio pertenece a una familia de plantas cosmopolita, las Solanaceas, que además de incluir especies importantes en la alimentación humana como el tomate, las patatas, berenjenas o los pimientos, se caracterizan en muchos casos por producir metabolitos secundarios conocidos por sus efectos psicotrópicos, tóxicos e incluso letales. Entre estos, los alcaloides son los que están de rabiosa actualidad. La escopolamina, la atropina, la hiosciamina o la nicotina son algunos de los más conocidos y se encuentran en plantas como el estramonio (Datura stramonium), pero también en la belladona (Atropa belladona), la mandrágora (Mandragora autumnalis) o el tabaco o hierba santa (Nicotiana tabacum), por poner sólo unos ejemplos. La producción de algunos de estos compuestos y sus efectos psicotrópicos en los humanos, ya la conocían los chamanes antaño. Ahora la han descubierto los jóvenes de este país que no han conocido los peligros de la Guerra fría.

Pero, ¿cómo han llegado estos metabolitos tóxicos, que nos traen de cabeza, a ser sintetizados por éstas plantas? Pues, se considera que su producción es una estrategia adaptativa de las plantas como mecanismo de defensa contra la herbivoría que sufren. De esta manera, éstas plantas han ido diseñando moléculas cada vez más sofisticadas para responder al ataque de muchos animales que, ante un manjar exquisito a su alcance, “únicamente” han tenido que ir logrando mejorar sus mecanismos de eliminación de las toxinas.  Desgraciadamente los humanos no estamos inmersos en esta carrera evolutiva, aunque sufrimos –y, a veces, nos aprovechamos de – sus consecuencias.

Si esto es así, sólo nos queda elegir entre dos opciones: 1) erradicar todas las plantas que producen metabolitos secundarios y a los organismos que promueven esa síntesis -sin olvidarnos de las piedras que golpean, los balcones que defenestran, los coches que atropellan, etc…- o 2) aprender de lo que la naturaleza se brinda en enseñarnos y formarnos como personas cada vez un poco más cultas.

Yo, personalmente, prefiero seguir en mi urna de cristal, tratando de aprender un poco más sobre todos los secretos que esconde la naturaleza que nos rodea…..

Fractales en 3D

Hace unas cuantas semanas, en una divertida y enriquecedora charla con un colega que es una especie de híbrido programador-diseñador salió el tema de los fractales en 3D. Un tema del que le prometí dedicar alguna entrada en el blog.  Como últimamente me han vuelto a sacar el tema varias veces, he decidido ponerme ya con la entrada.

Voy a “copy-pastear” aquí la definción básica de fractal según wikipedia, aunque os invito a que leáis entera la definición.

Un fractal es un objeto semigeométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas.1 El término fue propuesto por el matemático Benoît Mandelbroten 1975 y deriva del Latín fractus, que significa quebrado o fracturado. Muchas estructuras naturales son de tipo fractal.

A un objeto geométrico fractal se le atribuyen las siguientes características:2

El principal uso que yo le doy a los fractales en 3D es a la hora de generar los materiales y las texturas, para definir el aspecto o “shading” de los objetos. Cuando me enfrento a la fase de texturado de un objeto, me gusta seguir ciertos pasos. Primero intento resolver el shading, el acabado, esos valores cuantificables que definen la diferencia estética entre una bola de madera y una bola de mármol (por poner un ejemplo) para acto seguido, continuar con la textura, las vetas y colores de esa madera o mármol.

bombus_golpe_en_mesa_shading

Este ”Bombus terrestris” (sin pelo en este render), por ejemplo, ha sido texturado utilizando fractales. Sólo se usó un mapa de bits para la nervadura principal de las alas. 

Es asombroso todo lo que se puede definir como fractales en la naturaleza. Y yo mantengo la teoría “artística” de que toda textura debería poder ser definida con el fractal adecuado. No soy muy fan de usar mapas de bits en texturado, para mi son siempre la última opción, y los reservo para esos casos en que la textura presenta ciertas formas o dibujos inevitables.  En la medida de lo posible intento reproducir con fractales y shading la estética de los objetos a texturar.  El programa que utilizo incorpora una gran cantidad de fractales base, muy customizables con los que tienes juego para rato, aunque siempre tienes la opción de buscar o preparar algoritmos nuevos.

En esta imagen de pruebas, salvo la cara, que es un mapa de bits, y el pelo, que es un test en photoshop (no molaba verla calva) todo el cuerpo está resuelto con fractales. Posteriormente, en la versión final, usé una mezcla de fractales y mapa de bits.

Me gusta usar fractales por muchos motivos, principalmente por el estupendo control de detalle y posibilidades de alta calidad que ofrecen. Puedo ajustarlos en cada momento, incluso puedo relacionar esos ajustes (ya que son un algoritmo) con algún evento-acción que ocurra en la escena. Por sus cualidades como “autosimilares” y de “detalle a toda escala”, son estupendos para cubrir grandes superficies manteniendo detalle en todas las distancias a cámara. Además, en estos casos, me permiten incluso un ahorro de RAM considerable, ya que evito tener que trabajar con mapas de bits gigantescos. Por poner un ejemplo, un contenedor marino lleno de óxido lo puedes trabajar perfectamente a golpe de fractales.  Además en muchas ocasiones con fractales puedo evitar trabajar con mapeados UV, lo que agiliza mucho el proceso. Los fractales, por sus propias características, “envuelven” el objeto sin distorsiones ni solapamientos.

El uso de fractales en 3D daría para muchas entradas, os animo a que comentéis y preguntéis. Es un tema apasionante!!!

Respeto para las licencias Creative Commons

Ha pasado algo grave, me he encontrado con esto: http://www.losojosdeella.com/2011/04/el-diario-abc-ha-robado-fotos-blog.html

Resumiendo: resulta que el diario ABC ha publicado en su versión escrita unas fotos publicadas en un blog con licencia Creative Commons, sin citar su fuente y sin pedir permiso pese a sacar un beneficio económico de ellas.

Desde Divulgare no podíamos dejar pasar algo así sin defender este tipo de licencias, que nosotros también utilizamos para compartir nuestros trabajos. Así que nos sumamos a la campaña promovida por dicho blog: “Sindelicadeza”.