En el nido del gavilán

¿Te gustaría entrar en la intimidad de una familia de aves rapaces, 24 horas seguidas, los 7 días de la semana, desde tu ordenador o desde tu móvil? Desde hace cuatro años, una pareja de gavilanes de cola roja (Buteo jamaicensis) anida en el campus de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Este año, el Laboratorio de Ornitología de dicha universidad instaló una cámara en el nido, que está a unos 24 metros de altura. A través del sitio web del laboratorio podemos seguir en vivo y en directo la incubación de los huevos (en esta especie, el macho y la hembra comparten la tarea), la llegada del macho o de la hembra al nido y, cuando llegue el momento, la salida de los pichones de los huevos.

La hembra tiene al menos 9 años de edad, y el macho 7. Esto se sabe porque las aves están anilladas. El anillamiento es un método de identificación que se utiliza para estudiar las migraciones de las aves y su distribución espacial, y que también permite estimar la longevidad de cada especie. El nido estará activo durante dos meses. Contiene dos huevos. El primero se puso el viernes 16 de marzo, y el segundo el lunes 19 de marzo. El tiempo de incubación varía entre 28 y 35 días, así que si queremos ver el nacimiento de los pichones, debemos estar atentos a la cámara entre el 13 y el 20 de abril (día más, día menos). Dato importante: la cámara se puede seguir también desde un smartphone o un ipad.

Las cámaras se utilizan ampliamente en estudios reproductivos de aves. Constituyen un método poco invasivo que permite realizar un seguimiento continuo y minucioso de la etapa reproductiva, desde que se prepara el nido hasta que los volantones (que es como se les llama a los pichones que han crecido lo suficiente y pueden volar) abandonan el nido. Si la cámara lleva asociado sensores de temperatura y humedad, los investigadores pueden obtener datos valiosos de las condiciones microclimáticas del nido, y asociarlos con los patrones de crecimiento de los pichones. Y por supuesto, también se pueden obtener datos para estudios conductuales.

El Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell tiene programada la activación de más cámaras en nidos de águila pescadora (Pandion haliaetus), buitre negro americano (Coragyps atratus) y búho real (Bubo virginianus). Al igual que el gavilán de cola roja, estas aves depredadoras controlan el estado de salud de las poblaciones de animales de las que se alimentan. De esta forma, contribuyen al buen funcionamiento de los ecosistemas.

Atentos todos al nacimiento de los pichones de la pareja de gavilanes de cola roja. Por cierto, la hembra fue bautizada como Gran Roja, pero el macho aún no tiene nombre. Usa el chat disponible junto a la imagen del video, comparte tus impresiones, y propón un nombre para el macho. Si quieres conocer más del gavilán de cola roja, visita el sitio web del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell. Encontrarás también información, fotografías, videos y sonidos de muchas especies de aves.

XXIV Convocatoria de los Prismas Casa de las Ciencias a la Divulgación 2011

Algunos lo habréis seguido a través del Facebook de Divulgare  o de mi cuenta twitter personal, para los que no, el pasado Sábado día 12 Divulgare, a nombre de Luis Navarro y recogido por Iván Rodríguez (ese soy yo) recibió una Mención de Honor en la XXIV Convocatoria de los Prismas Casa de las Ciencias a la Divulgación.

No es ningún secreto que no soy un gran fan de este tipo de eventos. Siempre he sido más de quedarme en la oficina trabajando. Cada vez que he tenido que recoger un premio me he notado fuera de entorno, fuera a título personal o resultado de un trabajo en equipo.
Menciono este apunte personal para destacar la excelente organización del evento, que me hizo sentir muy cómodo en todo momento. Y eso que la sala y las personalidades del acto podían imponer bastante. La arquitectura y mobiliario de la sala donde tuvo lugar la ceremonia era impresionante.
Excelente conferencia de la Dra. Margarita Salas para abrir la mañana. Fue ella quien llevó el primer premio de este certamen. Mis felicitaciones y las de Divulgare.
La ceremonia de entrega tuvo lugar en el Ayuntamiento de Coruña, una vez más, con todo lujo de detalles. Posteriormente tuvimos una muy agradable (y buena) comida en el restaurante Domus, donde tuve la oportunidad de hablar con mucha gente que tiene  la divulgación científica como una de sus principales inquietudes. Una comida muy amena y enriquecedora compartiendo mesa con los demás ganadores.
Un saludo y mis felicitaciones y las de Divulgare para los demás ganadores por su trabajo, y para los organizadores y miembros del jurado por un evento tan impecablemente realizado.

Algunas algas microscópicas consumen energía en producir bioluminiscencia. En el vídeo se explica la ventaja adaptativa que este gasto energético supone para estos microorganismos.
Las algas (Noctiluca scintillans) son depredadas por otros componentes del zooplancton de cuerpo transparente, los copépodos, que al ingerir noctilucas se vuelven también brillantes. De esta manera, los copépodos se vuelven muy llamativos y sus propios depredadores (larvas de peces) los distinguen con más claridad. De esta forma, las noctilucas han convertido a sus depredadores en alarmas para atraer ayuda.

Este vídeo, que se presenta en HD 720p, ha sido creado para su utilización libre como material docente. En la medida de lo posible, el grupo Divulgare continuará añadiendo más vídeos similares.

Aclaración:
La presente versión del vídeo puede inducir a pensar que la única fuerza selectiva en acción es la «selección de grupo», según la cual algunos individuos se sacrifican por el bien de sus congéneres. En realidad, las algas se iluminan al ser comidas, pero también al ser «molestadas», atrayendo de esa forma a los predadores de orden superior. Aquellas algas que se iluminan sin ser destruidas, podrían verse favorecidas por la selección. En la actualidad estamos trabajando en una nueva versión de la «voz en off» que aclare mejor ese punto.

Este vídeo puede resultar útil como material de apoyo, pero no pretende reemplazar las aclaraciones que el profesor puede ofrecer al alumno para ayudarle a contextualizar su contenido.

La carrera armamentista infunde temor en la sociedad

¿Volvemos a la guerra fría? Absorto en la campana de cristal en la que nos encerramos cada vez más personas, no me estoy enterando de los problemas reales de la sociedad que me rodea. Resulta que este final del verano estamos asistiendo al apogeo del reino de las plantas que amenazan nuestra existencia. [“Los vecinos exigen la retirada de las plantas de estramonio en Teis. La reciente muerte de dos jóvenes en una fiesta en Getafe por el consumo de la planta tóxica ha causado inquietud”]Colectivos vecinales muestran su inquietud y exigen eliminar unas plantas alegando que “pueden matar” a la juventud. Vaya. Inquietud similar me producen a mí este tipo de reacciones humanas. Sorprende que nadie pida la retirada de todas las piedras del campo. Seguro que alguien ha utilizado tales objetos para matar a pedradas a otra persona alguna vez. Ya puestos, que tapien ventanas y balcones, no vaya a ser que a alguien se le ocurre hacer de Superman!

Y ante la alarma social que causa este ataque de las plantas a una parte de nuestra sociedad, los periodistas recurren a los que, supuestamente, sabemos de plantas. Desgraciadamente, desde la biología, yo no he podido hacer otra cosa más que confirmar la noticia: “Si. Nos encontramos ante un proceso de carrera armamentista”-digo yo. ¿Cómo? –pregunta la periodista. “Pues si, estamos empezando a sufrir las consecuencias de la carrera armamentista que se
ha producido entre algunas plantas y sus herbívoros
” –insisto a la periodista.

Me explicaré: Una carrera armamentista tiene lugar cuando muchos Estados rivalizan entre ellos para desarrollar las fuerzas armadas más poderosas y las armas más eficaces. Cuando un Estado consigue un arma nueva, el Estado rival busca una nueva, más potente, para contrarrestar a su contrincante. Y así se convierte en una carrera sin fin.

Sin embargo, en la biología utilizamos el término para referirnos a aquellas situaciones en las que dos o más grupos de especies toman sucesivamente medidas y contra-medidas, uno respondiendo al otro. Un ejemplo de este sentido del término es la respuesta de un insecto a las defensas químicas de una planta. El insecto desarrolla la capacidad de eliminar las toxinas y, a su vez, la planta produce nuevas toxinas como respuesta a la adquisición evolutiva del insecto, de manera que el objetivo de cada especie es rebasar sucesivamente al adversario. Este fenómeno adaptativo es conocido como Hipótesis de la Reina Roja en alusión a la novela de Alicia al otro lado del espejo de Lewis Carrol.

Esta hipótesis evolutiva, describe la necesaria mejora continua de las especies, sólo para mantener elstatu quo (estado del momento actual) con su entorno.

Y, ¿que tiene que ver esto con el estramonio, se preguntarán ustedes? Pues el estramonio pertenece a una familia de plantas cosmopolita, las Solanaceas, que además de incluir especies importantes en la alimentación humana como el tomate, las patatas, berenjenas o los pimientos, se caracterizan en muchos casos por producir metabolitos secundarios conocidos por sus efectos psicotrópicos, tóxicos e incluso letales. Entre estos, los alcaloides son los que están de rabiosa actualidad. La escopolamina, la atropina, la hiosciamina o la nicotina son algunos de los más conocidos y se encuentran en plantas como el estramonio (Datura stramonium), pero también en la belladona (Atropa belladona), la mandrágora (Mandragora autumnalis) o el tabaco o hierba santa (Nicotiana tabacum), por poner sólo unos ejemplos. La producción de algunos de estos compuestos y sus efectos psicotrópicos en los humanos, ya la conocían los chamanes antaño. Ahora la han descubierto los jóvenes de este país que no han conocido los peligros de la Guerra fría.

Pero, ¿cómo han llegado estos metabolitos tóxicos, que nos traen de cabeza, a ser sintetizados por éstas plantas? Pues, se considera que su producción es una estrategia adaptativa de las plantas como mecanismo de defensa contra la herbivoría que sufren. De esta manera, éstas plantas han ido diseñando moléculas cada vez más sofisticadas para responder al ataque de muchos animales que, ante un manjar exquisito a su alcance, “únicamente” han tenido que ir logrando mejorar sus mecanismos de eliminación de las toxinas.  Desgraciadamente los humanos no estamos inmersos en esta carrera evolutiva, aunque sufrimos –y, a veces, nos aprovechamos de – sus consecuencias.

Si esto es así, sólo nos queda elegir entre dos opciones: 1) erradicar todas las plantas que producen metabolitos secundarios y a los organismos que promueven esa síntesis -sin olvidarnos de las piedras que golpean, los balcones que defenestran, los coches que atropellan, etc…- o 2) aprender de lo que la naturaleza se brinda en enseñarnos y formarnos como personas cada vez un poco más cultas.

Yo, personalmente, prefiero seguir en mi urna de cristal, tratando de aprender un poco más sobre todos los secretos que esconde la naturaleza que nos rodea…..