Hace siete años el Senado de los EE.UU. aprobó de manera unánime la designación de una semana, a celebrar durante el mes de junio, que denominaron como «Semana Nacional de los polinizadores». Con ello pretendían dar un paso al frente para abordar, con gran valentía política, el tema urgente de la disminución de las poblaciones de polinizadores. Ya no resulta desconocido, para quien quiera estar informado, que estamos enfrentándonos a un problema de dimensiones desproporcionadas en lo que se refiere a la pérdida de polinizadores, también denominado colapso de polinización. Alrededor del 75% de los cultivos vegetales humanos requieren ser polinizados por insectos, principalmente abejas. Además, se estima que el valor económico de la polinización a nivel mundial en términos de cultivos para alimento humano oscila entre 45.000-100.000 millones de euros al año. Son cifras nada despreciables como para ignorarlas. Sin embargo, estamos asistiendo, con manifiesta impasibilidad, al declive de este ejercito de obreros medioambientales. Cerca de un tercio de las especies de abejorros, por ejemplo, se encuentran en peligro de extinción. El uso de pesticidas y herbicidas, la alteración y fragmentación de los ecosistemas o la propagación de enfermedades por la vía de introducción de especies exóticas forrajeras son algunas de las causas de este declive. Y una vez más, nuestros colegas del otro lado del Atlántico nos han tomado la delantera. Esta semana de los polinizadores que institucionalizó el Senado de EE.UU. ahora se ha convertido en una celebración internacional que busca mostrar a la sociedad los valiosos servicios ecosistémicos proporcionados por las abejas, mariposas, escarabajos y otros insectos, muchas aves, e incluso los murciélagos y otros mamíferos. Un dato interesante, que merece la pena subrayar cuando se habla de colapso de polinización es que actualmente existen más de 30.000 especies diferentes de abejas en el planeta. Estudios rigurosos que se han realizado a escala planetaria analizando la polinización de las principales plantas cultivadas han revelado que no son las abejas domésticas, sino las abejas silvestres las que polinizan con mayor eficacia estos cultivos. La pérdida de estas abejas silvestres, verdaderas responsables de la polinización de muchas especies de plantas, ya comenzó hace unas décadas. Su desaparición nos traerá muchos problemas, sin duda. La creciente preocupación social por los problemas con los polinizadores es un signo de progreso social. A estas alturas de la película ya debíamos de tener suficientemente claro que ignorar los problemas esperando que estallen sobre nosotros, sin posibilidad de retorno, no es el camino a seguir. El Secretario de Agricultura de los EE.UU. firma la proclamación de la semana de los polinizadores cada año y el presidente Obama se reúne con científicos que le mantienen al corriente de los avances en esta lucha. ¿Y en nuestro país? ¿Alguien sabe de alguna iniciativa similar? No será porque no hay buenos científicos dedicados a estudiar este problema… Por nuestra parte, en Divulgare, hemos preparado un pequeño vídeo para explicar a los más peques qué es eso de la polinización. A ver si sirve para que algunos de estos peques lo transmitan a sus mayores…
Tipos de Polinizacion from Divulgare on Vimeo.
Es increíble la cantidad de especies de abejas que hay en el mundo, me ha gustado el artículo, me gustaría que hicierais otro especificando un poco más sobre las mencionadas abejas.
Muchas gracias amigo «Especies en peligro de extinción» (:-) ). Tienes razón en que es necesario hablar un poco más de la importancia (para los ecosistemas y por lo tanto también para los humanos) que tienen todas esas otras especies de abejas silvestres que se pueden estar perdiendo de manera sigilosa… En cuanto tengamos tiempo nos ponemos a ello!